Tipos de inmovilización: ¿Cuáles son las técnicas de inmovilización más comunes?
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Tipos de inmovilización: ¿Cuáles son las técnicas de inmovilización más comunes?

16/09/2022

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Cuando se produce un accidente y, como Técnicos en Emergencias sanitarias, acudimos al lugar de los hechos para realizar nuestro trabajo, es muy probable que tengamos que utilizar alguna de las técnicas de inmovilización. Estas pueden evitar una lesión mucho mayor de la que se padece, si se ejecutan correctamente, por eso, es necesario que las conozcamos. A continuación, tratamos el tema en profundidad.

 

¿Qué son las técnicas de inmovilización y qué tipos existen?

Las técnicas de inmovilización en el ámbito sanitario son aquellas que tienen por objetivo la reducción de movilidad del paciente para disminuir la lesión que se padece y, sobre todo, evitar que aparezcan otras posibles lesiones secundarias. Un Técnico en Emergencias Sanitarias deberá valorar cuál es la técnica de inmovilización más adecuada para la zona del cuerpo afectada. Estos son los principales tipos de técnicas de inmovilización:

  • Técnicas de inmovilización en primeros auxilios
  • Técnicas de inmovilización en enfermería

¿Qué es la inmovilización en primeros auxilios?

Las técnicas de inmovilización en primeros auxilios son las que se aplican en situaciones de urgencia, a menudo, en el mismo lugar donde tiene lugar un accidente, por ejemplo. Para aplicar estas técnicas, hay que tener en cuenta una serie de parámetros:

  • Accesibilidad de la víctima: Si podemos maniobrar fácilmente para realizar todas las técnicas de inmovilización. En accidentes de coche no se suele dar este caso, con lo que tendremos que buscar soluciones alternativas.
  • Situación clínica de las víctimas: Estudiar sus signos vitales para saber qué debemos evitar.
  • Disponibilidad de materiales
  • Número de personal sanitario disponible que pueda atender ese caso, ya que para algunas técnicas se requiere la participación de varias personas.

¿Qué es la inmovilización en enfermería?

Las técnicas de inmovilización en enfermería son la que habitualmente tienen lugar una vez que se ha trasladado al paciente a un hospital o centro médico. Estas técnicas de inmovilización se realizan para limitar el movimiento a largo plazo y tienen por objetivo específico la curación de la lesión tras un plazo de tiempo determinado.

 

Las técnicas más comunes de inmovilización

¿Cuáles son las técnicas de inmovilización que se suelen utilizar? Veamos las de aplicación más frecuente y cómo proceder en cada una de ellas:

Inmovilización con collarín cervical

Antes de colocar un collarín debemos descartar lesiones en la zona del cuello que puedan pasarse por alto si colocamos el collarín. Una vez examinada la zona, habrá que colocar la columna vertebral recta, pedir a alguien que sujete de manera firma la cabeza del herido, retirar el pelo o cualquier accesorio que pueda intervenir en la colocación del collarín y tapar cualquier posible herida en esa zona. Finalmente fijar el collarín con las sujeciones, sin comprimir en exceso pero sin que el este llegue a quedar suelto.

Inmovilizador de cabeza

Se utiliza de manera complementaria al collarín y a la camilla o el tablero espinal para conseguir una completa inmovilización cervical en pacientes que creamos que puedan presentar un traumatismo craneoencefálico o cervical. Para ello, primero debemos descartar hemorragias en el oído; una vez descartado colocaremos el collarín cervical, y después la base del inmovilizador sobre la base de la cabeza de la camilla, fijándola con las tiras de velcro. Ahora se fijarán las dos piezas trapezoidales suavemente y fijaremos las correas que sujetan la cabeza colocando primero la de la barbilla y luego la de la frente.

Inmovilización espinal

Para inmovilizar la columna vertebral utilizamos un inmovilizador de Kendrick, que gracias a su forma permite también la inmovilización de pacientes atrapados, por ejemplo, dentro de vehículos. Tendremos que inmovilizar el cuerpo con sus tres cintas a la altura del tórax y la cabeza, gracias a sus cintas de velcro que se adaptan a la barbilla y a la frente.

Inmovilización de extremidades

Cuando creamos que un paciente presenta una fractura en alguna extremidad, siempre que sea posible, conviene inmovilizarla para que esta no vaya a más. Después de hacer una valoración primaria y secundaria del paciente y comprobar que se pueden inmovilizar la zona sin dolor, debemos cortar la ropa de la zona si es necesario y despejarla totalmente, seleccionaremos la férula que se adapte más al tamaño de la extremidad, tomaremos el pulso radial o el pulso medio, comprobaremos la sensibilidad de la zona afectada y colocaremos la férula adecuada en cada caso.

Férula en U

La férula en U sirve para inmovilizar el brazo cuando se producen fracturas de la diáfisis humeral. Para colocar la férula el paciente debe permanecer sentado, con el codo flexionado 90º y con el antebrazo rotado de forma intermedia. Una vez que nos hemos asegurado de que la postura del paciente sea la correcta, los pasos son los siguientes:

  • Moldear la férula para inmovilizar el dedo en la posición adecuada.
  • Colocar la férula en la superficie dorsal del dedo.
  • Fijar la férula en el dedo con cinta adhesiva alrededor de cada falange para inmobilizar la articulación o las articulaciones que se desea tratar.

Inmovilización con yeso

La inmovilización con yeso es una técnica que se realiza en la enfermería y que sirve para mantener derecho e inmóvil un miembro del cuerpo lesionado. Para su colocación es preciso seguir los siguientes pasos:

  1. Preparación del material
  • Venda tubular
  • Venda de algodón
  • Venda de yeso
  • Venda de Crepé o de Ace
  • Esparadrapo
  • Guantes
  • Tijeras
  • Cubeta de agua templada.
  1. Preparación del miembro a inmovilizar

Se retira todo aquello que pueda entorpecer la técnica como pulseras o anillos. En este punto, se realiza una cura de las lesione, si las hay.

  1. Preparación de la piel

A continuación se realizan estos vendajes:

  • Vendaje tubular: se realiza para evitar que el vello se quede atrapado en el yeso, facilitar la transpiración y eliminar las asperezas de los extremos del yeso.
  • Vendaje de algodón: si estamos ante una lesión aguda y se prevé aparición de edema, hay que dejar espacio con una generosa capa de algodón.
  1. Confección de la férula

Se corta la férula a la longitud necesaria. Después se realizan dobleces repetidas de una venda de yeso utilizando entre 12 y 15 capas para un adulto y de 6 a 8 capas para un niño. Por último se recorta para adaptarla a la extremidad.

  1. Mojado de la venda de yeso

Se sujeta la venda con cuidad por los extremos, se sumerge en agua templada, se estira y se deja colgando un momento desde una esquina para eliminar el agua sobrante.

  1. Consolidación de las capas de la férula

Si hay dos personas realizando la técnica una de ellas sujeta la venda de yeso por el extremo superior y la otra retira el exceso de agua con las manos. Cuando interviene una sola persona, se sujeta la férula por un extremo y se estira hacia abajo entre dos dedos en aducción para retirar el exceso de agua.

  1. Adaptación de la férula al miembro

En este paso se moldea el yeso con las palmas de las manos para ajustarlo con cuidado al miembro, evitando arrugas o pliegues.

  1. Fijación de la férula (vendaje)

Por último tiene lugar el vendaje o fijación de la férula, para lo que se utilizan vendas de algodón o muselina. El vendaje se aplica sobre el miembro con firmeza pero sin hacer demasiada presión y sin dar vueltas a la venda sobre sí misma para evitar constricción local.

Vendaje inmovilizador

Hay lesiones para las que puede ser suficiente utilizar un vendaje inmovilizador en enfermería. Para realizar esta técnica el paciente debe permanecer en la posición más cómoda, manteniendo la parte que se va a vendar en línea con el cuerpo. Por otra parte, se debe colocar la zona en posición funcional para evitar complicaciones futuras. A continuación, debemos situarnos delante del paciente y comenzar el vendaje, aplicándolo siempre desde la zona más más lejana a la más próxima a su cuerpo.

 

¿Cuándo no se debe inmovilizar a un paciente?

Es importante destacar que cuando estamos ante traumatismos fuertes debido a un accidente, no tienen por qué producirse determinadas lesiones aunque sean frecuentes, como la lesión de cuello. En concreto, no se debe inmovilizar a un paciente si sospechamos de esta lesión cuando veamos que:

  • No tiene dolor en la línea media
  • No tiene alteración en el nivel de consciencia
  • No tiene signos neurológicos
  • No está intoxicado
  • No tiene una lesión distrayente

 

¿Quién debe inmovilizar al paciente en caso de emergencias?

En caso de emergencia, la inmovilización debe realizare siempre por personal del equipo de rescate en el mismo lugar del accidente, teniendo en cuenta que una persona no cualificada podría empeorar su situación, especialmente cuando hay peligro de lesiones en la columna vertebral, de carácter muy grave.

 

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