31/01/2020
Uno de los programas de Formación Profesional que siempre ha despertado mayor interés, es el de Técnico Superior en Educación Infantil. Las razones son obvias. Trabajar con los más pequeños es una experiencia que estos profesionales no olvidarán nunca. Las escuelas bosque, llegan para complementar el trabajo de los educadores en esta etapa inicial y para innovar con un concepto revolucionario que requiere algo de socialización para ser aceptado y comprendido en su verdadera dimensión.
Las escuelas bosque son un nuevo concepto pedagógico que hemos importado de Alemania y Dinamarca, países precursores en esta modalidad en Europa, pero que ya ha hecho carrera en América y Australia.
Debido a la importancia del tema, sobre todo para nuestros estudiantes del área de educación infantil, os hablamos de lo que son y cómo funcionan las escuelas bosque.
¿Qué son las escuelas bosque?
La escuela bosque, o escuela forestal, como también se le conoce, es un modelo educativo para la primera infancia, que se desarrolla en un bosque, una montaña o un área rural alejada de las características y las comodidades propias de una ciudad.
El plan de estudios en este modelo es fluido y se enfoca en el juego al aire libre, dirigido – dentro de un esquema de seguridad -, por el mismo estudiante, fomentando así la curiosidad y la capacidad de exploración.
Pero ¡atención! No confundamos este modelo con otros de educación al aire libre, en los que el educador simplemente saca los niños al jardín del colegio. La escuela bosque no se centra en la investigación científica, sino en la propia curiosidad y los intereses del niño que, con base en ello, descubre el mundo y lo asimila a su manera, a su ritmo.
Los postulados de la escuela bosque
La escuela bosque es tanto una teoría pedagógica del aprendizaje, como un espacio físico. La teoría, tras la escuela bosque, explica la forman en que los niños aprenden por medio de este tipo de educación. El enfoque, esta soportado por los siguientes principios:
El niño dirige el aprendizaje: en lugar de hacer preguntas, o responderlas, los educadores en una escuela bosque observan y apoyan a los niños en sus actividades y formas de juego elegidas por ellos mismos. Esto permite que los niños desarrollen confianza e independencia, así como la motivación interna para aprender.
Aprendizaje experimental práctico: la escuela bosque se basa en el aprendizaje práctico para fomentar el desarrollo integral del niño. Los estudiantes desarrollan habilidades interpersonales como trabajo en equipo, comunicación, cooperación y resolución de problemas. También construyen una concepción del espacio y de desarrollo motor. A diferencia de la escuela tradicional cubierta, la escuela bosque no tiene exámenes ni tareas, pero los estudiantes son elogiados por adquirir habilidades y compartirlas con sus compañeros. La escuela bosque se enfoca en los aspectos sociales y emocionales del aprendizaje.
Aprender a arriesgarse: a los estudiantes se les enseña a tomar riegos con el apoyo de un educador. Por ejemplo, los estudiantes exploran la subida a la copa de un árbol, utilizar herramientas para encender un fuego. Pero, por supuesto, los educadores están ahí para evaluar los riegos, para que los niños tomen decisiones informadas y para prevenir accidentes y tener dispuestos planes de emergencia en caso de que algo no salga como se espera.
Asumir riesgos crea resiliencia y fortalece la autoestima, mejorando el juicio a medida que se crece.
Conciencia ambiental: los estudiantes aprenden sobre la naturaleza y el mundo que los rodea. Adquieren una mejor comprensión de la naturaleza y cómo humanos que son, interactúan de manera saludable con el medio natural. ¿Parece todo muy interesante? Pues si estos temas son de tu agrado, la FP Técnico Superior en Educación Infantil es una buena opción para que continúes explorando el maravilloso mundo que rodea a los niños en sus primeros años de aprendizaje. La FP Santa Gema, en Madrid, te ofrece esta oportunidad aquí