15/12/2017
Si vas a ser Técnico en Emergencias Sanitarias, debes saber que habrá ciertas situaciones puntuales duras a nivel psicológico a las que tendrás que hacer frente con profesionalidad. Catástrofes, grandes accidentes, tratar con personas con signos vitales muy débiles… Esto muchas veces no es fácil, y por eso debes estar mentalizado y debes saber cuáles son tus funciones cuando te tengas que enfrentar a algo así.
Resulta evidente que un conductor de ambulancias tendrá que trasladarse al lugar de los hechos y estos, en ocasiones, tendrán una magnitud importante. En estas ocasiones, es cuando más evidente tiene que ser nuestra profesionalidad y debemos tratar estas situaciones con toda la empatía que podamos e intentar ayudar a las personas afectadas tanto como sea posible. Salvar la vida a una persona y velar por su bienestar es muy gratificante para todos los profesionales de la sanidad, pero en este trabajo debemos ser conscientes de que no siempre será así y que a veces viviremos momentos nada agradables.
Situaciones duras a las que enfrentarse como conductor de ambulancias
Accidentes de tráfico
Miles de accidentes se producen cada año en las carreteras; esta es una situación que ni médicos, ni enfermeras ni conductores de ambulancias pueden evitar, pero sí que podemos ayudar una vez nos encontremos en el lugar de los hechos. Estos accidentes en ocasiones son muy aparatosos y podremos llegar a ver imágenes muy dura de las víctimas, que tendremos que afrontar con entereza y acudir lo más rápido posible a la llamada de auxilio para evitar consecuencias más graves. También hay que tranquilizar a las víctimas y ayudar al resto del equipo médico y de bomberos a que la situación se resuelva lo antes posible y puedan ser trasladados al hospital.
Catástrofes con víctimas mortales
Hablamos de catástrofes como situaciones en las que hay varias víctimas mortales, y a las que como Técnico en Emergencias Sanitarias puede que tenga que acudir. En estas, aunque acudan numerosos profesionales médicos, muchas veces no se puede hacer nada por las víctimas y tendremos que asistir a algo tan duro como es ver sus cuerpos sin vida. Esto puede suponer consecuencias a nivel psicológico ante las que tendremos que estar preparados y afrontar con entereza y responsabilidad, además de con todo el respeto del mundo. Algo muy común es que los sanitarios se sientan responsables de no poder haber hecho nada más por la víctima; esta frustración es algo habitual, pero no debemos dejar que suponga un impedimento para seguir realizando nuestro trabajo.
Trasladar a personas en estado grave
Al ser conductor de ambulancias, tendrás que trasladar a hospitales o centros de salud a personas con todo tipo de dolencias y, en ocasiones, el estado de estas personas será grave. Ante esto debes conservar la calma y conducir de manera segura. Evidentemente, tendrás que hacerlo lo más rápido que puedas y activar la alarma, pero siempre garantizando una seguridad para las personas que vais a bordo del vehículo. Evita también frenazos bruscos y movimientos que puedan suponer un empeoramiento de las constantes vitales de la persona afectada a bordo de la ambulancia.
Tratar con familiares
Muchas veces no es necesario ni siquiera que alguien se encuentre en estado grave para que un familiar presente alguna crisis de ansiedad o un estado de muchos nervios al ver que su ser querido ha sufrido un accidente. Debemos, ante todo, tranquilizar al familiar y brindarle nuestro apoyo haciendo que conserve la calma y, en la medida de lo posible, informar sobre el estado de salud de la persona por la que está allí. También es mejor que evitemos que esté junto a ella si los médicos y enfermeros se encuentran atendiéndola o su estado es crítico, ya que puede contagiar de estos nervios tanto al accidentado como al personal sanitario. Le pediremos que se aparte y deje a los médicos trabajar y en cuanto sea posible le llevaremos con su familiar.