24/04/2017
Una de tus funciones como profesional de las emergencias sanitarias es inmovilizar al paciente cuando sea necesario. El objetivo es estabilizar las lesiones que puedan presentar y así evitar otras que puedan empeorar su estado. Tendrás que situarlo en la camilla para ser trasladado lo antes posible al hospital y que durante el trayecto no se agraven las lesiones.
Cuando se produce un accidente y tú, como futuro trabajador en emergencias sanitarias, te desplazas hasta allí, una de tus funciones será la de inmovilizar a los pacientes que puedan presentar lesiones graves. Esta técnica es fundamental para que éstas no empeoren y para asegurarte que él mismo no realiza ningún movimiento perjudicial. Además, durante el traslado al hospital en ambulancia se pueden producir movimientos o frenazos nada beneficiosos para su estado de salud; mediante la inmovilización evitaremos todas estas amenazas.
Especial atención en la inmovilización del paciente en posibles lesiones de columna vertebral.
Esta técnica cobra especial importancia en casos como posibles lesiones de la columna vertebral. Hasta que un médico evalúe si se han producido daños en esta parte lo más prudente será inmovilizar al paciente siempre que atendamos alguno de estos casos: impacto violento sobre la cabeza, cuello, tronco o extremidades, la colisión de un conductor o de un peatón, un impacto a una gran velocidad, que el vehículo vuelque o si se produce una explosión. Como vemos, las víctimas de accidentes de tráfico son más propensas a presentar este tipo de lesiones, con lo que si atendemos un accidente de estas características tendremos que inmovilizar a uno o varios pacientes para asegurarnos que su estado no empeora.
Si sospechamos sobre una lesión de la columna vertebral lo más recomendable sería realizar una inmovilización manual de la cabeza, que pasaríamos a colocar en posición neutra. Si al realizar este movimiento observamos síntomas como espasmos en el cuello, aumento del dolor en el paciente o que comprometemos la vía aérea debemos parar inmediatamente y tendríamos que inmovilizar la cabeza situándola en la misma posición en la que se encontraba cuando vimos al paciente.
Aprender técnicas de inmovilización evitará daños mayores a los pacientes
Nos podemos ayudar de un collarín cervical que, aunque no inmovilizan al 100%, sí que contribuyen a que los movimientos de la cabeza se reduzcan en gran medida, siempre y cuando hayamos conseguido alinear la cabeza del paciente. Debemos utilizar el tipo de collarín más adecuado para cada persona, teniendo en cuenta la medida que precisa y la presión de cierre y colocándolo de la forma adecuada. Durante tu formación y tus prácticas como profesional de las emergencias sanitarias irás aprendiendo lo fundamental que son las técnicas de inmovilización para salvar la vida y evitar daños mayores a los pacientes.