23/02/2022
Los primeros años de vida de los niños van a marcarles para siempre, por ello es muy importante que sean atendidos por buenos profesionales en guarderías y colegios. Pero, ¿qué significa “ser un buen profesional”?, ¿Cómo debe ser el perfil del educador infantil? En primer lugar, debe tener la formación adecuada. Gracias al ciclo de técnico en educación infantil se pueden adquirir todas habilidades que te puede dar el aprendizaje. Además, el trabajo de un educador infantil requiere aptitudes ligadas a la personalidad. ¿Quieres saber si posees estas competencias? ¡Sigue leyendo y descúbrelo!
Habilidades necesarias para trabajar con niños
¿El educador infantil nace o se hace? Lo cierto es que la profesión tiene esta doble vertiente: hay competencias de un educador infantil que puedes adquirir con tu esfuerzo a través de la formación y la experiencia y, otras que simplemente se tienen o no se tienen.
Las habilidades que un educador infantil adquiere con el paso de los años son principalmente de tipo social. Es fundamental aprender a relacionarnos con los niños si vamos a trabajar con ellos. Y las habilidades innatas tienen que ver con la vocación y esa pasión por enseñar que caracteriza a tantos profesionales del sector. ¿Eres uno de ellos? En los siguientes apartados te explicamos al detalle en qué consisten todas esas competencias.
Principales habilidades sociales en educación infantil
Tal como hemos indicado, establecer un relación con los niños que te permita trabajar a gusto con ellos, requiere de algunas habilidades sociales. Se pueden adquirir fácilmente mediante la formación, interiorizando técnicas útiles para la rutina con esos “locos bajitos”. Estas habilidades son esenciales en el educador infantil porque, bien aplicadas, harán que tanto ellos como tú vayáis cada día a clase con una sonrisa y esto es fundamental en su aprendizaje.
Empatía
Cada niño es un mundo, y por eso, el maestro infantil debe saber adaptarse y comprender las circunstancias, actitudes y personalidad de cada uno, respetando esta y creando un clima en el que puedan ser ellos mismos. Es importante que sepas que no todos ellos aprenden a la misma velocidad, unos necesitarán un ritmo más lento y más cuidados que el educador deberá otorgarle, siempre sin descuidar al resto de alumnos.
Autoridad
Esta empatía y conexión con los niños no debe estar reñida con la autoridad; recuerda que eres el que dirige a los alumnos y que tu figura debe ser de autoridad para los niños, deben respetarte y comprender que eres tú quien estipula los límites. Además, debes tener claro que transmitir autoridad no es sinónimo de generar miedo. Los niños deben seguir tus normas porque confían en ti, te aprecian y te respetan pero jamás por miedo a que algo terrible les pueda ocurrir.
Por otro lado, hay que saber combinar esa cercanía de la que hablamos y la autoridad. Aunque los alumnos se sientan a gusto con nosotros, no debemos perder de vista que somos sus educadores y, como tales, nunca podemos permitir que nos falten el respeto.
Creatividad
Un educador, especialmente si trabaja con niños, ha de tener habilidades creativas. En tu día a día propondrás y enseñarás manualidades, juegos, canciones, obras de teatro… Todo ello enfocado al aprendizaje, pero también a la diversión de los niños. Cuanto más creativo seas, más originales serán tus propuestas y más disfrutarán los pequeños.
Es cierto que hay unas personas más creativas que otras pero la creatividad es una habilidad que se puede potenciar trabajándola y aplicando las técnicas adecuadas. Ya lo decía Picasso: “La creatividad existe pero siempre me encuentra trabajando”.
Principales cualidades personales de un educador infantil
El curriculum de un educador infantil debe tener incluir un buen título pero también algo más. El mundo de la enseñanza es muy gratificante, pero a la vez muy exigente, por eso es indispensable que los educadores que van a trabajar con niños cuenten con ciertas cualidades personales. Si tienes vocación, es un gran punto a tu favor porque lo más probable es que junto a ella dispongas de las competencias personales que todo educador infantil necesita:
Paciencia
Estarás trabajando con niños. Habrá momentos en los que no hagan caso de las órdenes que les des, tengas que repetirles algo muchas veces o sean incapaces de recordar una norma que establezcas en el aula. Ante este tipo de situaciones tienes que saber no perder los nervios, con lo que la paciencia es muy importante para trabajar con niños.
Cada niño tiene un ritmo de aprendizaje y el maestro debe adaptarse a esto. Y no solo influirán estos ritmos personales, sino también numerosos factores externos. Ante esta situación el profesor debe estar preparado y saber adaptarse al ritmo personal de cada alumno.
Cercanía con los niños
Es necesario que el educador infantil sea empático y que logre crear con los niños un ambiente amable en el que éstos también le traten de manera cordial. Por ello, tendrá que mostrarse cercano a sus alumnos y ponerse en todo momento en su lugar.
Pasión por los niños
Aunque parezca algo evidente, el educador infantil, ante todo, debe sentirse a gusto con los niños y ser un apasionado de lo que hace. La enseñanza es una profesión que exige dedicación, y si nos sentimos a gusto trabajando con niños eso se notará en nuestro día a día.
Humildad
Aunque seamos una figura de autoridad para los alumnos, también hay que saber reconocer los errores y mostrarnos humanos. Esto es un valor que los niños aprenderán si lo ven en sus mayores y especialmente en una figura tan importante para ellos como es la del educador infantil.
Ganas de aprender
Esta es una de las habilidades de un Educador Infantil que se refiere a la necesidad de aprender y formarse mediante la formación profesional y otros cursos formativos. Estas ganas de aprender también se manifiestan cada vez que lo hacemos de manera autodidacta por el simple hecho de querer aprender cosas nuevas. También se refiere a aprender de otros profesionales y de cualquier situación que se nos plantee en el trabajo. Ya sabes que de los errores también se aprende.
Autoconocimiento
Hablamos ahora de la capacidad de comprender lo que sentimos y por qué lo hacemos y ser capaces de manejarlo y, si es pertinente al tratarse de sentimientos negativos, de cambiarlos o mitigarlos en la medida de lo posible.
Autoestima
El muy importante que el concepto que tenemos de nosotros mismos no se vea influido por lo que opinan los demás, ya que tenemos la suficiente confianza como para que nos afecte en exceso. Hay que escuchar a los demás y analizarnos para mejorar, pero debemos evitar que este proceso nos haga daño.
Realismo
Debemos intentar que nuestras expectativas se ajusten a la realidad, ya que si las tenemos demasiado altas, ante cualquier traspiés podemos caer en la frustración e incluso en el abandono. Tampoco se trata de tenerlas demasiado bajas, sino ajustadas a la situación, ya que pondremos todo de nuestra parte para cumplirlas y no nos frustraremos si no lo conseguimos.
Automotivación
Mantener la motivación incluso en condiciones no tan favorables nos ayudará mucho a ser mejores educadores infantiles. Para ello debemos aprender a buscar razones para motivarnos como pueden ser la superación personal o simplemente un trabajo que nos apasione.
Estas son las aptitudes elementales de un educador infantil pero, si te falta alguna de ellas, ¿sabes qué es lo más importante para ejercer esta profesión? Lo primordial es que disfrutes de lo que estás haciendo, de los niños y de tener la oportunidad de enseñarles y también de aprender nuevas cosas a su lado. Si posees ciertas cualidades de las que te hemos descrito y quieres trabajar con niños, ¡no dudes en adquirir el resto de habilidades para ser educador infantil! Si es lo que deseas ¡puedes convertirte en un profesional de bandera!
