05/08/2019
Ser auxiliar de geriatría es un trabajo para el que se necesitan unas habilidades muy especiales, que tienen que ver mucho con la vocación: se tiene que llevar dentro. Por supuesto, se deben combinar con unos estudios reglados y específicos para hacer el mejor trabajo de gerocultor posible.
Los gerocultores se ocupan de la atención diaria de los ancianos. Este trabajo se suele realizar tanto en residencias como en centros de día o centros de mayores, y cada vez existe más demanda, posiblemente debido al envejecimiento de la población española, que causa que este sea un trabajo con muy bajo índice de desempleo.
Un auxiliar de geriatría debe preocuparse de los cuidados básicos, desde la higiene personal e íntima de los pacientes hasta el acompañamiento durante paseos o juegos, limpieza de la habitación o incluso dar de comer y cenar a aquellos que no pueden valerse por sí mismos.
Para favorecer este envejecimiento saludable, física e intelectualmente, un gerocultor debe preocuparse de dar al paciente la mayor autonomía posible dentro de sus limitaciones, así como animarle a tener diferentes interacciones sociales. Para ello hace falta, ante todo, tener una profunda empatía: nadie quiere sentirse un estorbo en el ocaso de su vida, y por eso un auxiliar de geriatría debe ponerse en su lugar, tratando de que todas sus acciones sean tan respetuosas como a él le gustarían en el futuro.
Hablando de respeto, esta es otra cualidad que también debe tener todo el que opte a este puesto. Y es que, sin respeto hacia los pacientes, ¿qué clase de trabajo estamos haciendo? Este no es un puesto para cualquiera: requiere paciencia y comprensión. Pero, al mismo tiempo, si se tiene una gran habilidad de comunicación con personas mayores, se puede disfrutar mucho del camino.
Es importante que el gerocultor sepa tratar con ancianos, no solo a la hora de dirigir la conversación, sino también para calmarles en caso de que se pongan nerviosos, como refuerzo positivo y negativo (dependiendo de la situación y si se quiere premiar o castigar) o hablando de una forma comprensible para ellos.
Un auxiliar de geriatría debe saber escuchar, tener una sensibilidad especial, y tratar a cada paciente de manera individual. Si sientes una sensibilidad especial por las personas mayores puedes estudiar el ciclo de Auxiliar de Enfermería en FP Santa Gema para ser gerocultor. ¿Te apuntas?