05/04/2018
Una de las tareas de las Auxiliares de enfermería es la toma de la tensión arterial a sus pacientes, ya trabaje en un hospital, en una residencia de ancianos, en un centro de salud… Esto es especialmente importante si el paciente previamente ha padecido problemas de hipertensión o si se encuentra dentro de un grupo de población en peligro (ya sea por la edad o por sus condiciones físicas). Por eso un auxiliar debe aprender a tomar perfectamente la tensión.
La hipertensión es un problema muy común, sobre todo en pacientes de más de 45 años, pero cualquiera puede padecerla. Los Auxiliares de enfermería se encargarán de controlar la tensión en sus pacientes. La frecuencia con la que han de tomársela varía según su estado físico, pero cuanto mayor sea su riesgo cardiovascular, en general, hay más posibilidades de que tenga problemas de hipertensión y por eso será necesario que la tengamos controlada. En los pacientes con tensión arterial descontrolada, será necesario tomarla incluso a diario; si no existen problemas previos de hipertensión con revisarla una vez al año será suficiente.
¿Cómo tomar la presión arterial?
- Condiciones del paciente: Para poder medir correctamente la presión arterial el paciente debe estar relajado, en una situación cómoda y debe reposar al menos 10 minutos antes de tomársela. También debemos estar en un ambiente tranquilo, sin muchas molestias que le puedan poner nervioso y que no se refleje con exactitud.
- Técnica de medida: Para tomar correctamente la tensión el auxiliar de enfermería debe asegurarse de que la ropa del paciente no le comprime el brazo; si esto sucede será mejor retirarla. Ahora hay que seleccionar el brazo con la presión más alta y colocar el manguito en la posición correcta, de tal manera que su límite inferior debe quedar unos dos dedos por encima del pliegue entre el brazo y el antebrazo. Para asegurarnos de que los resultados son los correctos, sería adecuado repetir este proceso otra vez.
- Resultados: Unas cifras consideradas dentro de lo normal son entre los 100 y 140 mm de Hg en presión sistólica y entre los 60 y 90 mm de Hg en presión diastólica. Por lo tanto podríamos decir que a partir de una tensión de 140/90 lo consideraríamos hipertensión y se debe consultar a un médico además de controlar con asiduidad sus niveles.