19/12/2017
Las personas mayores o de edad avanzada, en muchas ocasiones, presentan ciertas dolencias o condiciones físicas que ocasionan que no puedan realizar todo tipo de actividades. Estas dolencias pueden variar dependiendo de la persona y de su historial médico; por tanto, como Técnico en Conducción de Actividades Físicas debes estar muy atento a esto cuando ejerzas como monitor en una ruta a pie con personas pertenecientes a este sector de la población.
¿Qué pautas hay que seguir para preparar una ruta con personas mayores?
No es lo mismo elaborar una ruta a pie con niños, con adolescentes o con personas mayores. Cada grupo de edad presenta unas características e impedimentos de los que como monitores debemos ser conscientes. Por ejemplo, si trabajamos con niños, el esfuerzo físico que podamos esperar de ellos no será igual que el que esperamos de una persona adulta. Lo mismo ocurre con las personas mayores. En grupos grandes es normal que nos encontremos con casos de todo tipo: desde personas que se encuentren en un estado de salud impecable hasta otras que hayan pasado por operaciones o presenten enfermedades que les impidan realizar según qué tipo de actividad.
Aunque antes de desarrollar una ruta a pie debemos advertir a los participantes de los requerimientos físicos mínimos con los que deben contar y que ellos valoren si pueden hacerlo o no, como Técnicos en Conducción de Actividades Físicas, también debemos adaptarnos a sus exigencias. Evidentemente, por el grupo de edad en el que se encuentran, no vamos a pedirles un gran esfuerzo físico que podría incluso poner en riesgo su vida, pero sí que vamos a motivarles y a hacer que la ruta sea lo más estimulante para ellos.
Las rutas de alta montaña, con grandes cuestas y que requieran un gran esfuerzo, por tanto, quedan descartadas para este grupo de personas, a no ser que la condición física de todos sea impecable. Optaremos más por rutas de baja montaña y senderismo por superficies sin muchas cuestas ni obstáculos. Lo que queremos conseguir en el caso de este grupo de población es que se muevan y que anden, sin necesidad de que el esfuerzo físico sea muy grande. A esas edades se recomienda el ejercicio físico moderado.
Antes de empezar la ruta, debemos preguntar uno por uno si presentan algún tipo de dolencia que crean que les puede dificultar la actividad. Si la actividad que se va a hacer puede poner perjudicar su estado físico, nuestra obligación será recomendarle que no lo haga antes de arriesgar su salud. No obstante, a no ser que se presenten problemas de articulaciones o que impidan andar a la persona, en casi todos los casos se podrá realizar ya que estas consistirán en andar a una intensidad moderada. ¡Son rutas para todos los públicos!
A la hora de tratar con personas mayores debemos ser pacientes. Tenemos que saber adaptarnos a su ritmo, siendo comprensivos y empáticos y a la vez animándoles y motivándoles. ¡La motivación es indispensable para todas las edades!