26/01/2018
Hay ocasiones en las que, a raíz de una situación de mucha tensión o por el propio carácter de las personas, pacientes, familiares o acompañantes de los afectados generan situaciones peligrosas en las que se puede producir una agresión. En cualquier momento en el que una de estas personas puede poner en riesgo nuestra salud física o psicológica, y debemos saber cómo comportarnos y qué pasos seguir.
Agresiones en el lugar de trabajo
Como personal sanitario cuyo trabajo exige estar en contacto constante con todo tipo de personas, es probable que, en algún momento, en el ejercicio de nuestra posición, tengamos que hacer frente a situaciones tensas en las que un usuario o acompañante de estos provoque algún tipo de situación peligrosa para nosotros. Estas no se pueden prever, de modo que como auxiliares de enfermería lo único que podemos hacer es estar preparados y saber cómo actuar si llega el momento de producirse algo así. Estas situaciones de carácter violento incluyen:
- Amenazas
- Intimidación
- Abusos verbales o físicos
- Violencia física
- Coacciones
Lo primero que debemos hacer es identificar los indicios previos a lo que podría ser una agresión de más calibre, como pueden ser un lenguaje alterado y soez, tono amenazador, indicios de estar bajo los efectos de las drogas o el alcohol o portar objetos peligrosos tales como cuchillos o armas. Si vemos que la persona presenta varias de estas actitudes, debemos conservar una actitud tranquila, no responder a sus amenazas, intentar que la situación se calme y, si vemos que esto no sucede, invitar a la persona a abandonar el centro. Si tu lugar de trabajo cuenta con un guardia de seguridad, puedes avisarle para que trate de controlar la situación. Ante todo no hay que olvidar que te encuentras en un lugar de trabajo y que tu actitud debe ser conciliadora y evitar cualquier tipo de conflicto.
Ahora bien, si la situación se descontrola y se produce una agresión, ya sea hacia el auxiliar de enfermería o hacia cualquier otro profesional, estos son los pasos que debemos seguir, siempre manteniendo la calma:
- Abandonar rápidamente el lugar de trabajo
- Avisar a seguridad o, si tu centro de trabajo no cuenta con seguridad propia, a la policía
- Reclamar la ayuda a otros compañeros
- Poner en marcha sistemas antipático, si el protocolo del lugar en el que trabajas cuenta con ellos.
Estas actuaciones violentas o intimidatorias son muy incómodas tanto para el personal que se encuentra trabajando como para los usuarios del servicio sanitario, por lo tanto, lo mejor es siempre conservar la calma y no dejarnos llevar por los posibles insultos o amenazas que se puedan ejercer.