28/12/2018
El educador infantil estará en contacto día a día con sus alumnos. Además de sus familias, será la persona que más tiempo pase con ellos. Muchos niños, normalmente, toman al profesor como modelo y como una figura de autoridad. Sabiendo esto, su tarea será no es solo educarles y enseñarles normas de convivencia básica que también aprenderán en casa, sino también formarles. Estos conceptos, al ser similares, en ocasiones, pueden dar lugar a confusión y a no saber exactamente a qué se refieren. ¿Te gustaría conocer cuáles son las diferencias entre educar y formar que te ayudarán a comprender mejor tu trabajo como educador infantil?
DIFERENCIAS ENTRE EDUCAR Y FORMAR
¿QUÉ ES LA EDUCACIÓN?
La labor del educador infantil tiene que ver con los conceptos de educar y de formar. Al tratar con niños de edades muy cortas, que todavía no están plenamente integrados en la sociedad y que no han aprendido algunas de las normas sociales y de comportamiento, hablamos del concepto de educar. Esta educación comienza en casa con los padres y familiares.
Sin esta educación de base, el educador infantil, tendrá muy complicado su trabajo. Educar es transmitir conceptos, valores y actitudes que servirán a los niños normas de comportamiento, de educación, a saber cómo tratar con los demás Pero no solo la familia educa, sino también el entorno, la sociedad e incluso la televisión.
Por eso, en estos primeros años, este concepto es todavía más importante que el que trataremos a continuación. Si un niño no recibe cierta educación y transmisión de valores durante su infancia, cuando crezca será mucho más difícil transmitirle estos valores, e incuso llegará a pensar que puede convivir en sociedad sin practicar conceptos como la empatía o la generosidad.
¿QUÉ ES LA FORMACIÓN?
La formación, por su parte, hace alusión al hecho de trasmitir conceptos. Formación es lo que se realiza en las fp, en las universidades y también en los institutos y colegios, pero mezclado con la educación. Cuando alguien va a la universidad se presupone que ya ha sido educado, con lo que ya no se trabaja en ello. Sin embargo los niños, por su corta edad, están en pleno proceso de adquirir esos valores que forman su educación.
El trabajo del educador infantil es todo un reto. Debe educar y formar al mismo tiempo y eso, sin tener en cuenta que se le va a mirar con lupa cada comportamiento, actuación o palabra que diga y gesto que haga. En ocasiones, los niños son peores jueces que los adultos.
Por un lado, debe enseñar a sus alumnos conceptos que necesitarán en los siguientes cursos académicos como los números, animales, colores o aprender a leer, y por otro deberán de ocuparse de parte de su educación, durante el tiempo que el niño permanezca bajo su mandato. Al compartir aula con otros niños de su edad, inevitablemente aprenderán a convivir y las normas de educación, pero el maestro deberá insistir en ello y ser capaz de que aprendan conceptos y a la vez sean educados y adquieran valores.
¡Todo un reto por delante!